El hábito de tomar sopa es integrante de una dieta saludable y los mayores beneficios son:
- El consumo de sopa ayuda a disminuir la ingesta de alimentos: tomar sopa antes de comer genera más saciedad y reduce el apetito. Estudios han confirmado que se consumen 20% menos calorías cuando incluyen sopa en su alimentación respecto a cuando no se ingiere.
- La sopa disminuye la densidad energética de la dieta: La densidad energética es la relación existente entre el volumen y las calorías aportadas por la dieta, a mayor volumen y menor contenido calórico, menor densidad energética. En el caso de la sopa, al tener alto contenido en agua y muy pocos alimentos sólidos, tiene una densidad calórica baja, es decir, pocas calorías por porción. Esto convierte a la sopa en una gran aliada de los planes para perder peso.
- Tomar sopa es saludable: La sopa no sólo es un alimento saludable por sí solo, sino que favorece la adquisición de otros hábitos que conforman una dieta sana. Existen variedades de sopa, pero la mayoría de ellas contienen alimentos muy saludables y un gran aporte hídrico, por ejemplo: de porotos o legumbres, de arroz, de pollo, gallina, carne, de verduras, de fideos y otros. Además, la sopa contribuye con el hábito de comer despacio y tomarse un mínimo de tiempo para ingerir los alimentos
- Es muy fácil de preparar: La sopa es una de las comidas saludables más fáciles de realizar. Cualquier amateur en la cocina puede experimentar con ella y casi seguro, no va a fallar. Cazuela es el nombre común que toman distintos platos gastronómicos, especialmente en el Cono Sur, a partir del recipiente Cazuela, que es utilizado para su elaboración.
La historia cuenta que en un improvisado almuerzo ofrecido en 1826 al almirante Manuel Blanco Encaladase le sirvió, entre otras exquisiteces, una cazuela de Capón Castellano. Sin embargo, se plantea, que este plato se remontaría al de la olla podrida, plato español introducido en Chile por los conquistadores y que, en el siglo XVIII, alcanzaría una extraordinaria popularidad. La olla podrida española es un cocimiento de gran variedad de ingredientes, que con el correr de los años se transformaría en la sencilla y sabrosa Cazuela. Es muy característica de la gastronomía de Chile y parte de la gastronomía del Perú. En la gastronomía de Ecuador, la cazuela ecuatoriana tiene una variante que la diferencia diametralmente de las cazuelas chilena y peruana: La cazuela, en Ecuador, es únicamente de mariscos, y no es un tipo de sopa, si no un platillo con la consistencia de un budín, cocido al horno, con una masa hecha de plátanos verdes rayados.
La antropóloga Sonia Montesino, en su "La Olla Deleitosa, cocinas mestizas de Chile", define a la cazuela como "uno de los platos concebidos como propios de 'lo chileno', que respeta en sí mismo una unidad, pero especifica también diferencias locales, regionales y personales", y agrega que en esta preparación "continente y contenido se conjuntan: la cazuela es sinónimo de la olla en que se prepara y del guiso mismo; también podríamos decir que "contiene", por evocación a la vasija en la que se sirve: el cazo o plato hondo. Así, la cazuela posee una tripe articulación de cocina, cuasina e incorporación (alimenticia y simbólica) en su propio nombre. Esto resulta de gran relevancia para comprender el lugar que ocupa en el sistema culinario".
La cazuela chilena es un plato típico, elaborado con una presa de:
Carne de vacuno; pollo; pava; gallina,; más verduras variadas como zapallo, choclo y papas. A veces se le añade arroz, chuchoca u otras verduras con condimentos como el ají de color y hierbas.
|