Desde hace cinco años que se promueve la celebración de este día en nuestro país. Fue una iniciativa del Gobierno de la Presidenta Bachelet y de la Ministra de Agricultura Marigen Hornkohl, iniciativa que buscó valorar los productos nacionales y las tradiciones culinarias del país hasta el día de hoy.
En el marco del Día de la Comida Típica Chilena, el Ministro de Desarrollo Social, Joaquín Lavín, junto al Director Nacional de Fosis Claudio Storm, lanzaron un recetario “Recetas para ahorrar y Saborear a la Chilena”, que se distribuirá a 10 mil familias vulnerables para que puedan realizar platos para cuatro personas a $2.000.
En Peñalolén se celebró el Festival del Chanquicán, el cual organizaron los feriantes miembros del sindicato de Ferias Libres de Peñalolén y en el cual, toda la comunidad pudo disfrutar.
Otra actividad fue “Más Porotos que los chilenos”, iniciativa organizada por la Asociación de Chefs de Chile, que realizó una intervención urbana en la Plaza de Armas de Santiago.
La Corporación por las Cocinas de Chile celebró en la Vega Central bajo el título “Después de Dios está la Vega” cientos de sibaritas criollos degustaron porotos granados, pebre, costillar y caldo de patas, acompañado de un vino tinto y una cueca brava que sonaba de fondo, que hizo a más de uno bailar.
Esta agrupación busca reencantar los sabores de nuestra cocina y para eso tienen su decálogo:
1. Queremos a Chile sustentable y todo lo que en él se cultiva, cría y cocina.
2. Culinariamente, nos gustan las odas de Neruda y nos conmueve la epopeya de las comidas y bebidas de Chile de Pablo Rokha.
3. Decretamos que, desde ahora, la res vuelve a llamarse vaca y el cerdo vuelve a llamarse chancho.
4. Defendemos todo lo que se cocina en Chile, las comidas criollas y originarias, la cocina de nuestros abuelos, todas son nuestro patrimonio y nuestra cultura e identidad, incluso el plato ajeno, que adoptamos y criamos como nuestro cuando aterriza en nuestras tierras. También apreciamos la cocina que se moderniza y pone énfasis en los productos nacionales.
5. Afirmamos que Chile es cada caleta, pueblo, isla y región. Valoramos la diversidad de las preparaciones regionales; todas ellas son parte de nuestro mapa culinario. No sólo la zona central.
6. Promovemos el fin del marisco recocido y sostenemos que todo sánguche chileno debe crujir y chorrear al comensal.
7. Proclamamos que nuestra gastronomía es hermana de nuestros vinos, cervezas y destilados. También de las personas y comunidades que los producen.
8. Resolvemos que no basta con explotar materias primas de buena calidad, también debemos sembrar y proteger nuestras distintas variedades de vegetales, algas y mariscos para saborearlas aquí, en Chile. Y cuando exportemos, que esos productos vayan ligados a nuestro recetario nacional.
9. Dictaminamos que la comida chilena hace bien porque utiliza productos de temporada y es nutricionalmente equilibrada. Además, alegra el espíritu y mejora nuestra calidad de vida.
10. Nos comprometemos a trabajar incansablemente por lograr que los chilenos y chilenas valoren, cocinen con amor y gocen nuestra comida. Y solo luego de eso, exportaremos la cocina chilena.
|